La espeluznante leyenda del árbol del vampiro de Guadalajara
Guadalajara es una de las ciudades más coloniales y famosas de todo México pero también una donde las leyendas abundan, esta es una de las más perturbadoras

La espeluznante leyenda del árbol del vampiro de Guadalajara (Pixabay)
Cada ciudad y pueblo mexicano guardan sus propias leyendas tenebrosas que han pasado de generación en generación y Guadalajara no es la excepción, ya que en esta icónica ciudad de aspecto colonial y moderno se cuentan hasta hoy en día se cuentan historias que no solamente te sacarán un susto sino que te invitan a conocer el lugar donde tuvieron hecho, entre ellas la más escalofriante es la del árbol del vampiro ubicado en uno de los panteones más famosos de todo México.
En la Perla Tapatía es común escuchar leyendas e historias mexicanas pero ninguna mezcla tantos elementos espeluznantes como la del árbol del vampiro. Esta historia tiene lugar nada más nada menos que el famoso Panteón de Belén, hoy en día un museo abierto al público que sin duda debes de visitar si te encuentras por la capital de Jalisco.
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En este misterioso lugar repleto de antiguas tumbas que bien podrían recordarte a algún cementerio europeo existe un impresionante árbol de más de cien años de más de 15 metros de altura mismo que es protagonista de una historia que parece estar vigente aún hasta nuestros días.
La espeluznante leyenda del árbol de vampiro de Guadalajara
La historia que seguro cualquier tapatío ha escuchado al menos una vez nos remonta a nada más y nada menos que el siglo XIX en el año 1880 cuando empezaron a aparecer cadáveres de gatos y perros por todo el municipio, sin embargo el misterio se hizo aún más grande cuando al ser examinados los habitantes notaban que cada uno de ellos estaban desprovistos de sangre, algo sin duda extraño.
El pánico se hizo aún mayor cuando los cadáveres ya no eran de animales sino de humanos encontrados justo en las mismas misteriosas y espeluznantes condiciones. Tanto los habitantes de Guadalajara como las autoridades llegaron a la conclusión que el responsable tenía que ser un vampiro, por lo que se organizaron para vigilarlo y capturarlo.
Durante mucho tiempo el misterio y los hallazgos de cuerpos sin vida siguieron atemorizando a los habitantes sin que las pesquisas tuvieran algún resultado, hasta que un día los encargados de vigilar las calles de la ciudad escucharon gritos que provenían justo de adentro del Panteón de Belén.
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Ahí encontraron a un vecino siendo justamente atacado en el cuello, sin embargo el vampiro que se ocultaba bajo el disfraz de un millonario hombre europeo logró escapar del lugar de los hechos. La gente al identificarlo, lo acorralaron en su hacienda y bajo el consejo de una vieja curandera le clavaron una estaca en el pecho, misma que fue tallada a partir de una rama de un árbol de camichín.
Con esto el vampiro finalmente sucumbió y finalmente murió, los habitantes decidieron enterrarlo en el Panteón de Belén y para asegurarse de que este ser paranormal no volviera a atemorizar a los tapatíos colocaron una gran piedra en su tumba para evitar que escapara. Esto pareció ser el final para el vampiro, sin embargo poco tiempo después la losa empezó a romperse y de ahí brotó una rama viva del camichín, la cual empezó a envolver la tumba con su tronco y frondosas ramas.
Este fenómeno sin duda intrigó a todos, pero dejaron crecer el árbol por el temor de que se despertara de nuevo el terror en la ciudad. Hoy en día ese árbol permanece en el Panteón de Belén, pero se dice que cuando caiga el vampiro será liberado y volverá a atemorizar a los habitantes de Guadalajara.